1/27/09

Tú eres el detective.

La casa está tranquila, en silencio. Era el hogar de un escritor desquiciado, y digo era porque ahora ya no está. Bueno, digamos que está tirado, muerto en medio de su propio jardín. Ahora me toca a mi descubrir el pastel. Así que empiezo por la única persona que tenía relación con él, su sirvienta.

-¿Señora o señorita?...
-Señorita Steward, señor.
-Puede llamarme detective Teilnehmer, señorita Steward.
-Como desee, señor Teilnehmer.
-Bien, en primer lugar, ¿dónde estaba usted cuando ocurrió esto?
-En mi día libre, señor.
-No deja de sorprenderme que ante la misma pregunta halle idénticas respuestas.
-¿Quizá debería preguntar otra cosa, señor?
-Muy aguda, señorita Steward. ¿Acaso es normal, que en su día libre, en una finca en medio de la nada, justamente cuando la víctima está sola, se produzca la muerte de la misma?
-No sé que contestar a eso, señor.
-¿Y qué cree que ha sucedido aquí?
-Solo le puedo decir lo que vi cuando llegué esta mañana.
-¿Y...?
-Pues llegué como siempre a las 9 de la mañana, y encontré al señor Moderat tirado en el jardín, sin vida.
-Está siendo muy escueta, señorita Steward, necesito todos los detalles. ¿Cómo llegó hasta la finca del señor Moderat?
-En mi coche, señor.
-No irá a decirme que su coche es uno de los dos Cadillac deVille que hay en el aparcamiento.
-Sí, señor, el Cadillac rojo, regalo del señor Moderat.
-¿Y por qué el señor Moderat le regaló un coche exactamente igual al suyo?
-El del señor Moderat es azul, señor.
-Señorita Steward, por favor, ya sabe a qué me refiero.
-A pesar de lo que pueda parecer el señor Moderat siempre ha sido muy generoso conmigo.
-Y un apasionado de los Cadillac, por lo que veo.
-Así es, señor.
-Entonces, si usted llegó con su coche, y lo dejó en el aparcamiento, ¿cómo vio al señor Moderat tirado en el jardín al otro lado de la casa?
-Como usted sabrá, el señor Moderat es escritor, y no le gusta que le molesten mientras trabaja, así que no entré a su dormitorio hasta bien entrada la mañana.
-¿Y no le pareció nada raro ver la casa destartalada?
-No más que de costumbre, señor. Es una zona de muchos terremotos.
-¿Y los ventanales rotos?
-Con frecuencia me dedico a recoger los cristales rotos, señor. Quizas pensé que el terremoto había sido de mayor intensidad.
-¿Y no se preocupó por la integridad del señor Moderat?
-Sí, señor. Después de limpiar un poco fui a su dormitorio a eso de las 12 de la mañana, llamé, y al no encontrar respuesta varias veces, me decidí a entrar. Fue cuando vi lo ocurrido, y a través de la ventana al señor Moderat, en el jardín.
-Entiendo. ¿Sabía usted que el señor Moderat acababa de terminar su último libro?
-No, señor.
-Ajah, entonces me sabrá explicar que hacía la única copia del mismo debajo del asiento de su coche.
-¿¡Cómo!? Le juro por lo más sagrado, que no sabía que hubiera algo ahí. No, no lo entiendo.
-Bueno, parece que se nos acaba el tiempo, pero le diré lo que pienso. Creo que el señor Moderat puso ese libro ahí el día anterior a su día libre, y que quería inculparla antes de suicidarse, no sólo de su asesinato, sino de intentar vender su obra a título póstumo.

Fue en ese momento cuando vi levantarse al señor Moderat y supe que había ganado.

-Bravo, bravísimo señor Teilnehmer, casi sobre la bocina. Es usted el mejor concursante de todos los que ha habido en este programa, y por tanto el ganador del millón de dólares. Un aplauso, por favor, para el señor Teilnehmer, el nuevo ganador de "Tú eres el detective". Señorita Steward, venga aquí y hágale entrega de su cheque. ¡Bravo, bravo, impresionante! Pero cuéntenos, señor Teilnehmer, ¿cómo llegó a esa conclusión?
-Bueno, fue fácil, era exáctamente lo que ponía en el libro...

Los aplausos del plató de televisión y de la audiencia en sus casas cesaron, mientras el presentador Moderat y la azafata Steward miraban ,y mostraban con extrañeza a las cámaras, el libro ficticio con las páginas en blanco.

2 comments:

ThinkerLess said...

Analogías autobiográficas?

GANZUAS said...

Sólo por el libro en blanco.